martes, 8 de julio de 2014

Amistad

Amistad. ¿En qué o quién piensas exactamente cuándo pronuncias esa palabra? Seguramente sea en tu mejor amiga o tal vez en el gran grupo de amigos que tienes a tu alrededor. Es complicado definir esta palabra, porque básicamente tiene muchos significados, ¿sabéis? Pero si buscas en Google te encontraras con 38.400.000 resultados, y la página que encabeza la búsqueda es nuestra gran Wikipedia; ¿cómo lo defino yo en una sola palabra? Riesgo.
Probablemente os preguntareis porqué, bueno, es muy fácil; cuando conoces a una persona y te haces amiga/o de él o ella corres muchos riesgos, entre ellos el olvido, ¿o me dirás que no tienes alguna persona por ahí que te dijo que serían tu amigo/a por siempre y ahora no te habla? Por supuesto que sí, yo tengo en mi vida a muchas de esas personas, y no sé exactamente como sentirme, tal vez sea culpa mía o tal vez no, puede que haya hecho algo mal o puede que no… Hay tantas posibilidades.
La verdad es que no me había planteado esto hasta hace unos días cuando una amiga me hizo una pregunta con la cual estuve replanteándome todo este tema y recordando todas aquellas personas que pasaron por mi vida y ahora ya no están porque simplemente yo me fui apartando o viceversa.
Recuerdo que antes de cambiarme de colegio yo tenía un grupo de amigas muy geniales, eran las mejores que podría haber pedido pero lamentablemente tuve que marcharme, solo tuve contacto con una durante el verano después de que me fuera y ahora ya no sé que es de ella o de las demás aunque a veces me las he encontrado por la calle pero ni un saludo me han mandado y sí, ni yo a ellas… Pasemos a mi siguiente ‘’decepción amistosa’’; durante los años en los que estuve en el instituto al cual me cambié tuve amigas las cuales podría contar con los dedos de una mano, puedo decir sin miedo que me equivoqué confiando en ellas, pero había una que parecía sincera aunque al cabo de unos años simplemente dejó de ser ella misma; y llegamos a mi probablemente no última decepción, es increíble como un viaje que dura una semana lo cambia todo, tu forma de pensar, la forma de ver a tu mejor amiga, y me planteo que tal vez esto de la amistad no sea lo mío al fin y al cabo…
¿Por qué os cuento todo esto que lo más probable es que os importe muy poco? Bueno, porque quiero que no cometáis mi fatal equivocación, encerrarme en ese grupo de cuatro o tres amigos que poco a poco no me han demostrado nada; tú, lector o lectora que estás leyendo esto, simplemente relaciónate con más personas de las que estás acostumbrada/o, ¿ya estás haciéndolo? Pues muy bien por ti, en serio, porque entonces cuando uno/a de ese grupo de amigos/as te decepcione tendrás a más personas alrededor tuyo, y sí dolerá, mucho, pero lo olvidarás y esas personas te harán superarlo, dentro de lo posible que es superar que alguien te haga daño. Mi mayor error es y será no saber relacionarme con más personas, no me da vergüenza admitirlo porque sé admitir mis faltas.
Es mi consejo como alguien que ha sufrido muchas de estas decepciones y está a muy poco de volver a sufrir y recomponerse.
Con esta entrada no quiero que penséis que todas las amistades estás destinadas al olvido, pero no todo es para siempre querido lector/a, pero solo depende de ti hacerlo así...

viernes, 13 de junio de 2014

La (estúpida) esperanza

Bueno... Después de muchos, demasiados tal vez, días decido colgar algo aquí. Es una lastima que no sea sobre la novela, pero mi mente está estancada y no sé porque. Hasta que no vuelva a encontrar la inspiración mi novela seguirá así y lo siento mucho, de verdad. Por ahora escribiré relatos cortos, que parece que es lo único que se me ocurre, espero que os guste :)

Sin rumbo, sin ánimo, sin lágrimas ya que derramar, así me encuentro yo, frente a un gran acantilado. Tengo dos opciones, ninguna de ellas me gusta, pero ¿tengo acaso esperanza? Traicionado y humillado termino hoy con mi vida, con tantas preguntas aún en mi cabeza, como una repetitiva canción de verano ¿por qué?
No encuentro hasta ahora una respuesta a esa pregunta, y no creo que alguien la encuentre nunca. Las personas buenas sufren y las malas, por mi propia experiencia, no. He sido esas dos cosas durante mis años de vida, interpretaba un papel pues ser yo mismo no funcionaba. Pero sigue sin funcionarme, las cosas continúan saliendo mal y parece que no hay remedo, no hay esperanza. No existe un Dios que con un chasquear los dedos solucione tus problemas porque ni siquiera te escucha; en cambio parece que hay personas que creen en él, lo que me hace pensar que la existencia humana es muy deprimente, creyendo en algo y en alguien que no sabe quién eres.
Las olas del mar chocan con furia contra las rocas, como dos amantes en su lecho en un momento de pasión desenfrenada, la espuma blanca que se forma desaparece a los pocos segundos pero vuelve a aparecer. El viento mueve las ramas de los árboles tan frágiles en ese momento, y las nubes ocultan el último resquicio de sol que puede iluminar este lugar. Yo me encuentro en el borde de estas rocas amontonadas.
Solo un paso me separa de la caída libre, solo un paso en el que puedo acabar con todo, muchos metros hay hasta llegar al agua y sé que cuando choque contra él ya no habrá marcha atrás. Desgraciadamente algo me retiene aún, la estúpida esperanza.
Gran tontería esa palabra, una como otra cualquiera pero con un significado atroz, un mal que se quedó encerrado en la caja que Pandora nunca debió abrir; una palabra con nueve letras puede hacer que te replantees muchas cosas y te hagas esa pregunta que comienza por ‘’ ¿y si…? ’’. La esperanza aún me retiene en este mundo, me hace pensar que tal vez, sólo tal vez, las cosas cambien, que todo vaya a mejor y la felicidad vuelva otra vez. Pero ha pasado tanto tiempo con la esperanza dentro de mí, la cual ya veo como algo lejano, así que doy un paso hacia delante con los ojos cerrados decidido a dejar que el mar engulla mi cuerpo.
Espero cinco, diez, doce segundos y no llega, una sonrisa amarga se forma en mi boca, mis pies están sobre las rocas grises. Sí, soy un cobarde porque en vez de acabar con mi sufrimiento sigo aquí, y la estúpida esperanza contribuye a ello. Me siento en el borde del acantilado y dejo que mis pensamientos vaquen mientras miro al mar que parece enfurecido, tal vez porque no haya conseguido un cuerpo para engullir.

martes, 4 de marzo de 2014

Entrada especial


Hoy, 4 de marzo de 2014, hago una entrada especial para esa persona que ha estado en los momentos más importantes de mi vida a pesar de vivir exactamente a 349 km.
Ella es de Figueres y yo de Zaragoza

¿Que como nos conocimos? Bueno, fue de una forma muy peculiar... Verás, eran casi finales de curso, exactamente el 12 de mayo de 2013, uno de mis escritores favoritos había propuesto que todas sus lectoras nos conociéramos, había un hagstag por Twitter que ahora mismo no recuerdo cuál era... No importa, la cosa es que aquel día leí un mensaje preguntando que quien quería unirse a un grupo de Whatsapp de Bluejeaners (lectoras de Blue Jeans), al principio yo estaba un poco reacia ante la idea pero pensé: quien no arriesga, no gana; y así fue como conocí a 12 chicas espectaculares de diferentes puntos de España, y entre ellas la persona para la que va dedicada esto.

Muchas veces he oído eso de: para tener una amiga debes de haberla conocido toda tu vida. ¿Sabéis lo que digo? Que es mentira. A una amiga la conozco desde hace 4 años y a esta persona la conozco desde hace 10 meses, y sí, ha llegado ser una amiga mía, tal vez la mejor de todas. No nos une la distancia pero sí nos unen los mismos gustos: Demi Lovato, Blue Jeans, Harry Potter, leer, escribir... Tal vez algunas personas piensen que la amistad no es para siempre, yo hay veces que también lo creo, pero prefiero no pensar en eso y vivir día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo...

Ella ha estado siempre a mi lado cuando la he necesitado, ella y solo ella ha llegado a comprenderme casi mejor que yo. A ella es a quien cuento mis penas, con quien me deprimo, con quien lloro, con quien río y con quien hago tantas tonterías por un medio tan simple y tan fácil como es Whatsapp. Ella me saca una sonrisa cuando me envía un mensaje o cuándo me manda una de sus incontables paridas. En nuestra conversación han pasado tantos vídeos, tantas fotos, tantos mensajes que es prácticamente imposible colgarlos todos.



Claro que yo también la he ayudado muchas veces a superar y afrontar problemas, he estado ahí cuando más lo ha necesitado y ha solicitado mi ayuda. Las dos tenemos un sueño, conocernos ¿cuándo? No lo sé, pero espero que sea pronto porque quiero darle ese supermegahiper abrazo que le prometí y hacernos esa foto que también nos hemos prometido.

A lo mejor os estéis preguntando quien es esa chica, bueno, os lo diré. Ella es María Rosalinda de la Rosa Castro Margarita Ronalda... Ok, no. Su nombre es Carlota Fernández García, vive en Figueres, la conocí un 12 de mayo de 2013, y hoy mismo, sí sí, hoy, cumple 17 añazos y así, mis queridos lectores es como yo la felicito. A lo mejor no el regalo que ella se esperaba pero es lo mejor que he podido hacer a tantos kilómetros de distancia.



Carlota, desde mi blog te deseo un muy feliz cumpleaños, te quiamo mil tía, y cuando leas esto espero que estés leyéndolo con esa pedazo sonrisa que debes llevar siempre y que en tu día tan especial no se te borre nunca. Desearía con todas mis fuerzas estar ahí a tu lado pero no puedo, pero te prometo que si algún día de estos nos vemos te estiraré tus orejas diecisiete veces y te daré un besazo enorme. Pásalo bien ingeniosa mía, mi corason, mi plinsesa hermosa. Y no te olvides nunca de vivir como si fuera tu último día. Repito: ¡¡¡¡TE QUIAMO MIL HERMOSURA!!!!

Aquí te voy dejando varios videos que espero que te gusten, algunos ya los habrás visto otros tal vez no, aún así disfrutalos ;)