viernes, 27 de septiembre de 2013

Nueva seccion

Ey otra vez. Quiero deciros que estreno una nueva sección en este blog y sera... *redoble de tambores* RELATOS
Ok no parece muy interesante ni muy emocionante peeero llevaba con esta idea desde hace meses
Como el mismo titulo indica, escribiré relatos cortos sobre nada y todo en particular. Y he pensado en poner en el final o principio del relato un blog que encuentre por ahí sobre, y esto es exclusivo, relatos e historias. Tal vez cuente mi opinión o tal vez no. Así que si vosotros, mis queridos lectores, tenéis un blog decidme lo y aparecerá despues o al principio de un relato que escriba
Con esto y poco más me despido.
Besos :)

Capitulo 18

Hola.
Bueno lo primero es dar las gracias por esos ánimos por eso que dije en mi anterior entrada sobre las visitas y bla bla bla...
Yo normalmente no soy así de pesimista pero estoy pasando por un momento personal muy...malo por así decirlo. Y ya sabéis como es esto: si te sientes mal pues haces las cosas mal, y cuando haces las cosas mal te deprimes. Eso me pasó a mi.
En fin, muchas gracias a http://laisladelosblogs.blogspot.com.es/ por la reseña de mi blog y sobre todo por su opinión.
Agradezco vuestra opinión personal y lo tendré en cuenta, especialmente el tema del diseño
Y aquí vuelve la vieja Claudia. Seré paciente con el tema de seguidores y todo eso. Lo bueno se hace esperar así que esperaré. Y si tengo 5 seguidores pues los tengo y ya, no volveré a deprimirme y sobretodo no dejare jamas este blog.
Entonces, aquí tenéis el nuevo capitulo de mi novela, espero que os guste. Besos :)


- Parezco ridícula con este disfraz – dice bajando un poco el vestido.
- Pues imagina como me siento yo, vestido de caballero medieval.
- Tú estás bien, ahora solo falta una princesa que salvar.
Arthur mira a Sofía, tiene que morderse la lengua para no decir que ella, disfrazada de ángel, es la princesa.
- Pero es que yo – sigue Sofía –, me siento incomoda con este vestido. Parezco una puta porque no me llega ni a las rodillas.
- Los ángeles no son putas.
- Vale, en eso tienes razón pero…
- Sofía, estas genial. Créeme.
Se sonroja un poco, no está acostumbrada a que la alaguen, pero por una extraña razón cuando él lo hace le encanta.
- ¿Y ahora donde está Amelia? – pregunta Sofía que está empezando a ponerse de los nervios.
- Ya la conoces, le gusta llegar tarde a todos los sitios.
- Sí, lo sé. Pero a mí no – suspira.
- No te preocupes, a las fiestas tienes que llegar como mínimo diez minutos tarde, así pareces importante.
- Pues a mí no me gusta ni quiero ser importante.
- Lo mismo digo.
- ¡Eo!
Escuchan una voz detrás de ellos, es Amelia, va vestida de Minnie Mause y está muy sexy.
- ¿Por qué has tardado tanto?
- Lo siento, pero tenía que hacer unos retoques.
- Ya lo vemos, ya. Venga, vamos,
Caminan entre bromas y risas, la fiesta está cerca así que llegan en menos de veinte minutos. La música traspasa las paredes y hay luces en la casa. Varias personas están en el portal fumando, charlando, o como las parejas, besándose.
Cuando entran comprueban que la fiesta está muy animada, y eso que solo hace media hora que ha empezado. Todos bailan al son de la música y beben alcohol de sus vasos.
- Es una fiesta muy bonita –Arthur mira a su alrededor.
- Sí – dicen las dos chicas.
- Vamos a…
- ¡Amelia! – una chica vestida de diabla camina hacia ellos. Rápidamente la reconocen, es Lorena – Has venido, que bien.
- Sí. Mira, este es mi hermano.
- Oh, encantada. Yo soy Lorena, y puedes rescatarme si quieres – dice mientras le guiña un ojo –. Amelia, ven conmigo, te quiero presentar a alguien.
Antes de que pueda si quiera oponerse Lorena tira de ella y se aleja.
- Esa – dice acercando su boca al oído de Sofía –, sí que es una puta.
Sofía suelta una carcajada y van a servirse una bebida.
- ¿Qué quiere usted, bella dama? ¿Un mojito, un calimocho, vodka?
- Pues, querido caballero, si no le importa tomare un poco de vodka con Coca-Cola.
- Sus deseos son órdenes para mí, bella dama.
Siguen riéndose y salen a bailar, cuando se cansan de dirigen a un rincón y continúan hablando, en ese momento una chica rubia se acerca a Arthur y le arrastra a bailar. Sofía divertida observa como su amigo intenta zafarse de ella pero no puede. Entonces, alguien golpea su hombro y al darse la vuelta le tiran a la cara vodka con limón provocando risas alrededor suyo.
- ¡Mierda! ¿Sofía? Dios mío. Lo siento yo…
Pero no puede seguir porque en ese momento recibe una bofetada de la chica.
- Eres un gilipollas, Gabriel – dice a escasos metros de su cara - ¿Se puede saber de qué vas?
- Sofía, lo siento. Yo no sabía que eras tú.
- Pues mira sí, soy yo. Eres un maldito imbécil, que actúa bien dos meses y cuando se cansa me vuelve a joder.
- Sofía, nena, mira…
- ¡Ni nena, ni nada! No me vuelvas a llamar así o te juro que no sales vivo de aquí…
- Sofía por favor déjame explicarte que…
- No me expliques nada y apártate.
Pero al ver que Gabriel no se aparta es ella quien lo esquiva y se va. Tiene que encontrar un baño e irse de ese lugar. No sabe para que ha ido, debería estar en casa leyendo un libro, escuchando música, no en esa estúpida fiesta donde le han tirado una bebida a la cara. Por suerte en el disfraz no ha caído nada.

En la otra parte de la fiesta, ajena a todo, Amelia ya está empezando a aburrirse de esa rubia sin cerebro. ¿Será verdad eso que dicen que todas las rubias son tontas? Sí lo es, esa chica es una prueba. Se acercan a ellas dos chicas morenas riéndose a carcajadas.
- Lorena, tendrías que haber visto su cara.
- ¿Ya lo habéis hecho?
- ¿Qué habéis hecho? – Amelia está empezando a ponerse nerviosa ante las miradas cómplices entre esas tres.
- Nada – dice Lorena atusándose el pelo –, solo una pequeña broma a Sofía.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Porque puedo. Además alégrate de que te haya librado de esa, chicas como tú deberían ir con nosotras, no con ella – el tono de asco que pone Lorena al decir la última palabra es la gota que colma su vaso. Pero no dice nada –. Ah, y a tu hermano también lo hemos rescatado. Ahora está muy animado con Raquel.
- ¿De verdad? Bueno, ahora vuelvo.
Amelia sale corriendo buscando preocupada a su amiga, en ese momento se cruza con Gabriel.
- ¿Dónde está? – pregunta nada más verlo.
- En el baño. Espera – retiene a Amelia por el codo – dile que lo siento mucho.
La suelta y sigue andando. Cada vez más preocupada se acerca al baño y toca la puerta, Sofía le abre.
- Madre mía, cariño – Amelia cierra la puerta tras de sí y se acerca ella –. ¿Qué ha pasado?
- Me han tirado una bebida a la cara – dice sentándose en la taza del váter.
- ¿Quién?
- Gabriel. Y no quiero hablar de él – Sofía interrumpe a su amiga al ver que esta iba a empezar a hablar –, ni de lo que ha pasado aquí. Solo me quiero ir de esta fiesta.
- No, no te vas de aquí.
- Pero…
- Pero nada. Te vas a quedar aquí y vas a hacer como si nada hubiera pasado.
- Amelia por favor, se reirán de mi.
- Me da igual. Tú te quedas aquí y punto, ya tendrás tu momento para vengarte. Voy a llamar a mi hermano.
Saca un teléfono móvil del escote de su disfraz y teclea rápido. A los pocos segundos alguien vuelve a tocar a la puerta, esta vez es Arthur.
- Sofía – nada más entrar se acerca a ella – lo siento mucho. Debería haber ido hacia ti cuando me entere de lo sucedido pero la chica con la que estaba bailando no me dejaba salir.
- No pasa nada, Arthur.
- ¿Me has traído el bolso?
- Sí.
Se lo entrega, Amelia empieza a rebuscar y saca un lápiz de ojos, rímel y un pintalabios.
- Vale. Vamos a dejarte como nueva. Arthur aparta – se acerca a Sofía – Hueles a alcohol, pero no serías la primera.
     Le levanta la cabeza y empieza pintándole los ojos. Primero la línea de abajo, después la de arriba y lo difumina. Saca el rímel y se lo aplica dándole un poco de volumen, finalmente le pone el pintalabios y lista. Ya está preparada para volver a la fiesta.

martes, 17 de septiembre de 2013

Capitulo 17

Hola, hola
Bueno creo que lo primero que debería hacer es disculparme por el retraso en escribir los capítulos. Pero este verano me ha sido difícil seguir escribiendo por distintos temas y ante la insistencia (si va por ti Cinta y por ti Carlota) estoy colgando otro capitulo.
¿Sinceramente? No se porque sigo escribiendo para un blog si casi nadie me lee...Pero en fin, sigo aquí por esas tres seguidoras del blog.
Así que este capitulo va por vosotras: Carlota, Cinta y Norah :) Gracias por ser mis seguidoras incondicionales de este pequeño blog que ya no se si seguiré manteniendo...Besos guapas!!


Los días pasan y llega el invierno. Las clases están a punto de acabar y empezaran las vacaciones de Navidad. Solo dos días, dos días más y todos serán libres durante casi un mes. Las calles de Zaragoza ya están decoradas con luces colgando de los edificios, Papa Noel cayendo por una cuerda de los balcones, música navideña saliendo de las tiendas y frío, un frío atroz. Pero todo eso, por primera vez en su vida, es soportable y esperado gracias a que ahora Sofía tiene a alguien con quien compartirlo.
Amelia y ella han empezado a ser buenas amigas, se cuentan secretos, curiosidades, dudas, aunque Sofía sabe que hay algo que Amelia le sigue ocultando. Pero no la quiere presionar, confía en ella y sabe que tarde o temprano se lo dirá.

Los dos día acaban y ¡por fin! Ya son todos libres, algunos salen de clase con buenas notas, otros con malas, pero al fin y al cabo todos pasaran una buena navidad en sus casas y con sus familias.
Amelia y Sofía recogen sus cosas y cuelgan sus mochilas al hombro mientras hablan sobre lo que harán en navidad y que tienen que verse para darse los regalos, en ese momento alguien se acerca a ellas.
- Sofía – la chica mira a quien la ha nombrado. Es Gabriel –, hola.
- Mmm…Hola.
- Yo me voy, te espero fuera.
- Vale.
Cuando Amelia sale por la puerta Sofía mira a Gabriel y espera a que sea él quien hable.
- ¿Qué tal te va todo?
- Bien. ¿Y a ti?
- Soportable. ¿Qué tal las notas? Era lo que esperabas, imagino.
- Sí, aunque en algunas me esperaba un poco menos.
- Claro.
Silencio incomodo. Últimamente es lo que sucede cuando están juntos más de 5 segundos. Su actitud con ella ha cambiado, sí, pero eso no significa que sean amigos otra vez. Sofía cambia de peso al otro pie y Gabriel se rasca la cabeza.
- ¿Quieres algo más?
- No…Bueno sí, quería saber algo.
- Tú dirás.
- ¿Irás a la fiesta de Lorena?
- No creo, nunca me invita, así que no.
Gabriel habla de la fiesta que organiza la gran Lorena Ferreti, cada Navidad, después de que acaben las clases, esa chica organiza una fiesta en su casa, una fiesta de disfraces. Pero solo invita a los populares, no a chicas como ella.
- Bueno, aún así, espero verte ahí.
- Ya…Vale. Me tengo que ir, Amelia me está esperando.
Se acerca a él y a su vez Gabriel se acerca a ella, provocando que sus bocas casi choquen, pero Sofía ha sido más rápida y se ha apartado a tiempo, solo un poco para así poder darle un beso en la mejilla.
- Feliz Navidad Gabriel. Espero que te lo pases genial.
Sin darle tiempo a que conteste Sofía lo rodea y sale de clase dejando a un Gabriel confuso.

- ¿Por qué has tardado tanto? – pregunta Amelia cuando ve venir a su amiga salir de clase.
- Por nada. Solo quería desearme una feliz Navidad.
- Pues ese deseo se ha hecho muy largo. Algo más ha pasado, lo veo en tu cara.
- Tengo que dejar de ser tan transparente o tú tienes que dejar de leer bien las caras.
- Entonces ha pasado algo más, ¿no?
- Sí.
- Venga, cuéntamelo.
- Vale, pero salgamos de aquí, anda.
Salen del colegio y se sientan en un banco que está en la esquina del colegio.
- Vale, venga. Cuéntame, ¿qué ha pasado?
- Casi nos damos un beso – lo dice todo de un tirón, como un suspiro.
- ¿¡Qué!?
- No me hagas repetirlo, por favor.
- Vale, pero ¿cómo que un beso? ¿En la boca?
- Sí, pero yo me he apartado.
- ¿Sientes algo por él?
- ¿Qué? No, por supuesto que no.
- Vale, ¿segura?
- Que sí pesada. Cambiemos de tema, anda – dice sonrojándose un poco.
Amelia se ríe, su amiga es tan tímida a veces, pero no piensa dejarlo ahí. Durante los meses en los que ha estado junto a ella ha podido ver que la actitud de Gabriel hacia su amiga ha cambiado, y no solo eso sino que también ha ido surgiendo algo, aunque Sofía no lo vea.
- Vale, mira, que te parece si…
- Hola, Amelia.
Las dos chicas miran a la recién llegada. Es Lorena Ferreti y su sequito, todas guapas, todas bien vestidas y todas sin cerebro.
- Hola, Lorena. También está aquí Sofía por si no lo has notado.
- Sí lo he hecho, pero lo que quiero decirte es a ti, no a ella.
- Pues venga, soy toda oídos.
- Sofía, ¿puedes irte?
- No – dice cogiendo de la mano a su amiga cuando esta hace ademán de levantarse –, ella no se va. Lo que quieras decirme lo puedes hacer delante de Sofía.
- Está bien. Amelia, estás invitada a la fiesta de esta noche. Es de disfraces así que ven disfrazada, será sobre las diez de la noche, y mi dirección está aquí – le entrega una pequeña nota.
- Vale, gracias por la invitación. Pero no iré.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- No va Sofía, no voy yo.
- Oye Amelia…
- No – le corta a Sofía –, esto es muy claro. Si tú no vas yo no voy.
- Vale, bien. Sofía – ahora Lorena se dirige a ella –, estás invitada a mi fiesta. Ya sabes cómo debes ir vestida. Adiós.
Lorena y su grupo de amiguitas se alejan.
- Amelia, no tenías porque hacerlo. Además, yo no quiero ir a esa fiesta.
- Pues entonces yo tampoco iré.
- No, no por favor. Tú tienes que ir, dicen que las fiestas de Lorena son épicas y…
- Sofía, si tú no vas yo no voy. Así que, o vienes o no voy.
- Vale – dice tras pensarlo un momento –, iré.
- Genial, y ahora hay que elegir un disfraz.

-¡Venga mamá! Tienes que dejarme ir.
- Que no, Amelia. No insistas más.
- Pero ¿por qué no?
- Porque no.
- Pero mamá tú me dijiste que me relacionara e hiciera amigos. Y lo he hecho. Y ahora esos amigos me invitan a una fiesta ¿y no me dejas?
- Cariño, mira, se lo que te dije. Pero es muy tarde la fiesta y…
- Me acompañará Arthur – miente.
- ¿Segura?
- Que sí. Venga mamá, por favor.
- Vale, vale. Pero no vuelvas tarde, ¿me oyes?
- Genial, gracias.
Sale de la cocina, le ha costado convencer a su madre, pero lo ha hecho. Ahora solo le queda convencer a Arthur. Entra en el cuarto de su hermano como una bala y este asustado cierra el ordenador.
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Recuerdas cuando te dije que me debías una muy grande?
- Sí.
- Pues este es tu momento para saldar tus cuentas.
- Miedo me das hermanita. Venga, escupe. ¿Qué tengo que hacer?
- Le he dicho a mamá que me acompañaras a una fiesta. Pero no tienes que venir, sino solo hacer como si vinieras conmigo.
- Oh, no, hermanita. Voy.
- Vale, pero que sepas que es de disfraces.
- Divertido. ¿Tienes los disfraces?
- No.
- ¿A qué hora es la fiesta?
- A las diez.
- Pues venga, coge dinero que nos vamos a comprar disfraces a un sitio que yo me sé.
- Vale, pero tengo que llamar a Sofía, ella también tiene que comprarse un disfraz, también viene a la fiesta.

Cuando el chico escucha el nombre de Sofía su corazón da un brinco. Por fin, la oportunidad que ha esperado llega. Hoy será su día.