Bueno lo primero es dar las gracias por esos ánimos por eso que dije en mi anterior entrada sobre las visitas y bla bla bla...
Yo normalmente no soy así de pesimista pero estoy pasando por un momento personal muy...malo por así decirlo. Y ya sabéis como es esto: si te sientes mal pues haces las cosas mal, y cuando haces las cosas mal te deprimes. Eso me pasó a mi.
En fin, muchas gracias a http://laisladelosblogs.blogspot.com.es/ por la reseña de mi blog y sobre todo por su opinión.
Agradezco vuestra opinión personal y lo tendré en cuenta, especialmente el tema del diseño
Y aquí vuelve la vieja Claudia. Seré paciente con el tema de seguidores y todo eso. Lo bueno se hace esperar así que esperaré. Y si tengo 5 seguidores pues los tengo y ya, no volveré a deprimirme y sobretodo no dejare jamas este blog.
Entonces, aquí tenéis el nuevo capitulo de mi novela, espero que os guste. Besos :)
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Parezco ridícula con este disfraz – dice bajando un poco el vestido.
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Pues imagina como me siento yo, vestido de caballero medieval.
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Tú estás bien, ahora solo falta una princesa que salvar.
Arthur
mira a Sofía, tiene que morderse la lengua para no decir que ella, disfrazada
de ángel, es la princesa.
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Pero es que yo – sigue Sofía –, me siento incomoda con este vestido. Parezco
una puta porque no me llega ni a las rodillas.
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Los ángeles no son putas.
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Vale, en eso tienes razón pero…
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Sofía, estas genial. Créeme.
Se
sonroja un poco, no está acostumbrada a que la alaguen, pero por una extraña
razón cuando él lo hace le encanta.
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¿Y ahora donde está Amelia? – pregunta Sofía que está empezando a ponerse de
los nervios.
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Ya la conoces, le gusta llegar tarde a todos los sitios.
- Sí,
lo sé. Pero a mí no – suspira.
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No te preocupes, a las fiestas tienes que llegar como mínimo diez minutos
tarde, así pareces importante.
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Pues a mí no me gusta ni quiero ser importante.
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Lo mismo digo.
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¡Eo!
Escuchan
una voz detrás de ellos, es Amelia, va vestida de Minnie Mause y está muy sexy.
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¿Por qué has tardado tanto?
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Lo siento, pero tenía que hacer unos retoques.
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Ya lo vemos, ya. Venga, vamos,
Caminan
entre bromas y risas, la fiesta está cerca así que llegan en menos de veinte
minutos. La música traspasa las paredes y hay luces en la casa. Varias personas
están en el portal fumando, charlando, o como las parejas, besándose.
Cuando
entran comprueban que la fiesta está muy animada, y eso que solo hace media
hora que ha empezado. Todos bailan al son de la música y beben alcohol de sus
vasos.
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Es una fiesta muy bonita –Arthur mira a su alrededor.
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Sí – dicen las dos chicas.
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Vamos a…
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¡Amelia! – una chica vestida de diabla camina hacia ellos. Rápidamente la
reconocen, es Lorena – Has venido, que bien.
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Sí. Mira, este es mi hermano.
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Oh, encantada. Yo soy Lorena, y puedes rescatarme si quieres – dice mientras le
guiña un ojo –. Amelia, ven conmigo, te quiero presentar a alguien.
Antes
de que pueda si quiera oponerse Lorena tira de ella y se aleja.
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Esa – dice acercando su boca al oído de Sofía –, sí que es una puta.
Sofía
suelta una carcajada y van a servirse una bebida.
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¿Qué quiere usted, bella dama? ¿Un mojito, un calimocho, vodka?
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Pues, querido caballero, si no le importa tomare un poco de vodka con
Coca-Cola.
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Sus deseos son órdenes para mí, bella dama.
Siguen
riéndose y salen a bailar, cuando se cansan de dirigen a un rincón y continúan
hablando, en ese momento una chica rubia se acerca a Arthur y le arrastra a
bailar. Sofía divertida observa como su amigo intenta zafarse de ella pero no
puede. Entonces, alguien golpea su hombro y al darse la vuelta le tiran a la
cara vodka con limón provocando risas alrededor suyo.
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¡Mierda! ¿Sofía? Dios mío. Lo siento yo…
Pero
no puede seguir porque en ese momento recibe una bofetada de la chica.
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Eres un gilipollas, Gabriel – dice a escasos metros de su cara - ¿Se puede
saber de qué vas?
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Sofía, lo siento. Yo no sabía que eras tú.
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Pues mira sí, soy yo. Eres un maldito imbécil, que actúa bien dos meses y
cuando se cansa me vuelve a joder.
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Sofía, nena, mira…
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¡Ni nena, ni nada! No me vuelvas a llamar así o te juro que no sales vivo de
aquí…
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Sofía por favor déjame explicarte que…
-
No me expliques nada y apártate.
Pero
al ver que Gabriel no se aparta es ella quien lo esquiva y se va. Tiene que
encontrar un baño e irse de ese lugar. No sabe para que ha ido, debería estar
en casa leyendo un libro, escuchando música, no en esa estúpida fiesta donde le
han tirado una bebida a la cara. Por suerte en el disfraz no ha caído nada.
En
la otra parte de la fiesta, ajena a todo, Amelia ya está empezando a aburrirse
de esa rubia sin cerebro. ¿Será verdad eso que dicen que todas las rubias son
tontas? Sí lo es, esa chica es una prueba. Se acercan a ellas dos chicas
morenas riéndose a carcajadas.
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Lorena, tendrías que haber visto su cara.
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¿Ya lo habéis hecho?
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¿Qué habéis hecho? – Amelia está empezando a ponerse nerviosa ante las miradas
cómplices entre esas tres.
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Nada – dice Lorena atusándose el pelo –, solo una pequeña broma a Sofía.
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¿Qué? ¿Por qué?
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Porque puedo. Además alégrate de que te haya librado de esa, chicas como tú
deberían ir con nosotras, no con ella – el tono de asco que pone Lorena al
decir la última palabra es la gota que colma su vaso. Pero no dice nada –. Ah,
y a tu hermano también lo hemos rescatado. Ahora está muy animado con Raquel.
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¿De verdad? Bueno, ahora vuelvo.
Amelia
sale corriendo buscando preocupada a su amiga, en ese momento se cruza con
Gabriel.
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¿Dónde está? – pregunta nada más verlo.
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En el baño. Espera – retiene a Amelia por el codo – dile que lo siento mucho.
La
suelta y sigue andando. Cada vez más preocupada se acerca al baño y toca la
puerta, Sofía le abre.
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Madre mía, cariño – Amelia cierra la puerta tras de sí y se acerca ella –. ¿Qué
ha pasado?
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Me han tirado una bebida a la cara – dice sentándose en la taza del váter.
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¿Quién?
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Gabriel. Y no quiero hablar de él – Sofía interrumpe a su amiga al ver que esta
iba a empezar a hablar –, ni de lo que ha pasado aquí. Solo me quiero ir de
esta fiesta.
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No, no te vas de aquí.
-
Pero…
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Pero nada. Te vas a quedar aquí y vas a hacer como si nada hubiera pasado.
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Amelia por favor, se reirán de mi.
-
Me da igual. Tú te quedas aquí y punto, ya tendrás tu momento para vengarte.
Voy a llamar a mi hermano.
Saca
un teléfono móvil del escote de su disfraz y teclea rápido. A los pocos
segundos alguien vuelve a tocar a la puerta, esta vez es Arthur.
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Sofía – nada más entrar se acerca a ella – lo siento mucho. Debería haber ido
hacia ti cuando me entere de lo sucedido pero la chica con la que estaba
bailando no me dejaba salir.
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No pasa nada, Arthur.
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¿Me has traído el bolso?
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Sí.
Se
lo entrega, Amelia empieza a rebuscar y saca un lápiz de ojos, rímel y un
pintalabios.
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Vale. Vamos a dejarte como nueva. Arthur aparta – se acerca a Sofía – Hueles a
alcohol, pero no serías la primera.
Le
levanta la cabeza y empieza pintándole los ojos. Primero la línea de abajo,
después la de arriba y lo difumina. Saca el rímel y se lo aplica dándole un
poco de volumen, finalmente le pone el pintalabios y lista. Ya está preparada
para volver a la fiesta.
¡OMG! Pobre Sofía... Esto no puede quedar así!!!!! Tiene que hacer algooooooo O.O Madre mía, tengo que leer el siguiente ya de ya.
ResponderEliminarMuchos ánimos cielo, que aunque a mi también me fastidia no tener muchos lectores hay veces que hasta ni me importa porque si te gusta escribir, escribe y olvídate de todo lo demás, no importa. Tu sigue así, que a mi me E-N-C-A-N-T-A *-*
Un besito guapísimaaa <3