La
canción Diamonds de Rihanna suena en
la radio, le encanta esa canción, se siente identificada. Amelia la escucha
mientras termina el trabajo de Ética que le han mandado, mañana es su último
día de clase antes de que empiece el puente, por ser las fiestas de Pilar dan
cuatro días de fiesta. Durante los últimos días todas las chicas de su clase
planeaban lo que harían durante las fiestas, algunas decían que se liarían con
uno, otras que irían a la feria con su novio, en cambio otras quedaban para un
botellón. A ella le han propuesto ir a algún que otro, pero no le interesa.
Sigue sin conocer a nadie con quién realizar una amistad, algunas son muy
simpáticas pero no son sus amigas.
Menos
mal que su hermano y ella van al mismo colegio, él le dijo que la acompañaría
en el recreo, ella le insistió que no hacía falta, pero su hermano es tan
cabezota que no le hizo caso.
La
canción acaba y el locutor de la radio empieza a hablar, no tiene ni idea de
cómo se llama, solo sabe que presenta durante una hora y después se va, la
radio se llama Hit FM y es genial, no dan ningún corte publicitario y si lo
hacen es uno muy corto, además le encanta su voz. Empieza otra canción, Try de Pink, también le encanta la
canción y la que interpreta aún más.
Termina
el trabajo, lo grapa y lo guarda en un portafolio, lo deja encima de la mesa y
espera no olvidárselo. Empieza otra, Die
Young de KeSha, y al tiempo que la canción sigue ella tararea mientras
prepara su mochila para mañana.
Pero
el tararear pronto cambia al cantar, se deja llevar y no solo eso sino que
también ejecuta algún que otro paso de baile. Nadie la ve o eso cree ella.
Su
hermano la observa apoyado en el marco de la puerta, le encanta como canta su
hermana y como baila también, lo hace genial. No sabe porque no asiste a alguna
clase de baile o canto, bueno, sí lo sabe, la respuesta está ahora mismo
preparando la cena. Acaba la canción y él rompe en aplausos y vítores, ella se
asusta, Arthur grita su nombre como si del público se tratara. Ella ríe y se
inclina hacia delante.
-
Cantas y bailas genial.
-
No mientas.
-
En serio, no bromeo, deberías ir a algún sitio donde lo puedas mejorar.
-
Ya…- Amelia sabe que aunque quisiera no puede, y su hermano también lo sabe –.
Bueno, ¿y a que has venido?
-
¿Es que un hermano no puede disfrutar de un buen espectáculo?
-
Sí, pero tú no. Venga, ¿dime qué quieres?
-
Nada – entra en el cuarto y se sube a la cama.
-
¿Seguro?
-
Bueno, no. Verás, mañana tengo una fiesta. ¿Podrías venir?
-
No, lo siento pero no.
-
Venga, hermanita, no me digas que vas a quedarte encerrada toda la semana aquí.
-
Puede que lo haga.
-
Amelia, por favor – insiste. No quiere que se quede encerrada, además así
estaría acompañado en la fiesta, no es que tenga muchos amigos.
Ella
se queda pensando, es una buena idea, y su hermano tiene razón, no puede
quedarse encerrada durante todas las fiestas, pero el problemas es que no le
gustan las fiestas.
-
Vale, vale.
-
¿Sí?
-
Sí.
-
¿Me lo juras?
-
¿Qué? Sí, sí, te lo juro. Que pesado te pones a veces.
-
Bien. Mañana saldremos a las nueve de casa.
-
Vale.
Su
hermano sale del cuarto feliz de no quedarse solo en la fiesta, su hermana
sonríe. Su hermanito a veces parece un niño.
-
¡A cenar! – grita su madre desde la cocina.
Amelia
sale de su cuarto y se dirige a cenar. Huele genial, su madre cocina tan bien
que no entiende como no es una cocinera profesional. Entra y se sienta en la
silla de siempre, entre sus dos hermanos pequeños para que no peleen. A los
pocos segundos llega sus hermano, y es que cuando su madre dice a cenar, pues a
cenar. Pero en cambio hay alguien que parece no haber oído su orden.
-
Mama – dice la pequeña –, ¿papa por qué no viene?
-
Está ocupado, hija.
-
Siempre está ocupado – murmura Amelia, alguien le da una patada debajo de la
mesa, es Arthur, que le advierte que no es el momento de montar conflicto.
Empiezan
a comer en silencio. Los niños, como siempre, son los primeros en hablar sobre
los dibujos que han hecho mientras esperaban la cena. Lorena ha dibujado un
castillo de princesas en el que ella reinaba y Christian a unos dibujos
animados, los de Hora de Aventuras. A ella le gustan esos dibujos, son muy
raros, pero divertidos.
Acaban
la cena, ella deja su plato en el fregadero y vuelve a su cuarto. Se tumba en
la cama, mira el reloj. Aún son las diez de la noche, demasiado pronto, al
menos según ella, para irse a dormir.
Coge
el mando de la televisión y la enciende, no hay nada bueno, como siempre. No le
gustan mucho las series así que sigue cambiando hasta dejarlo en la MTV. Está
dando “Ya no estoy gordo”, ese programa le deslumbra porque en cada capítulo, la
capacidad de superación de cada persona para adelgazar, es increíble.
Quiere
quedarse despierta para acabar de ver el programa, pero poco a poco se queda
dormida.
Sube pronto el siguente capítulo, por favor! *-* Escribes muy bien, quiero seguir leyendoooo!! Necesito saber qué pasará en la fiesta...jujuju :3
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Bueno, bueno si tu me lo dices jajaja
EliminarGracias, me alegro que te guste, espero que no seas la unica :P
Te sorprenderas de lo que ocurre, ya me contaras :)
Otro beso para ti :)