Siento no haberos informado el otro día sobre el concurso que iba a hacer, pero he tenido unos cuantos problemas familiares. Así que los retrasare hasta cuando pueda. Como disculpas aquí os dejo un capitulo de No me dejes sola. Espero que os guste. :)
- Su nombre es Miguel y nos conocemos desde siempre al igual que su madre y la mía. No íbamos al mismo colegio por eso venia a recogerme al mío, yo le decía que no hacía falta pero él se defendía diciendo que quería protegerme. La verdad es que a mí me encantaba que él siempre estuviera ahí.
- Su nombre es Miguel y nos conocemos desde siempre al igual que su madre y la mía. No íbamos al mismo colegio por eso venia a recogerme al mío, yo le decía que no hacía falta pero él se defendía diciendo que quería protegerme. La verdad es que a mí me encantaba que él siempre estuviera ahí.
<<Miguel
no era mi único amigo, como te he dicho antes, estaba Gabriel. A él lo conocí
en Primaria, siempre estaba solo en los recreos y no me gustaba, por eso me
unía a él y poco a poco empezamos a ser buenos amigos.
-
Entonces – le interrumpe –, ¿por qué dejo de serlo?
-
No lo sé, tampoco me interesa. Aunque me duele mucho.
-
Pero tienes una corazonada del por qué.
-
Sí, pero ya llegaremos a eso.
-
Es verdad, perdona, creo que te he cortado.
-
No pasa nada. Bueno, como iba contándote Miguel y Gabriel eran mis amigos, los
únicos la verdad, yo no era muy sociable y sigo siéndolo. Yo los quería a los
dos por igual, pero me había enamorado de Miguel en secreto. Él tenía algo
especial y hacia que mi corazón saltara cada vez que lo veía, yo no estaba
dispuesta a confesárselo porque era demasiado vergonzosa.
<<Hasta
que en las Navidades de 2009, en la casa de campo al que siempre íbamos, Miguel
me confesó que me quería desde que tenía uso de razón, me dijo que quería que
empezáramos a salir, loca de alegría dije que sí y él me beso. Creo que es el
mejor beso que me han dado alguna vez y me lo dio con tanto cariño que me mató.
<<Desgraciadamente,
Gabriel estaba en contra de nuestra relación. Decía que Miguel era demasiado
imbécil y que no me convenía. Yo le dije que le quería y que lo que él pensará
me importaba muy poco, se enfadó mucho y dejo de hablarme. A mí me daba igual,
me bastaba con el amor de Miguel. Creo que nuestras madres siempre habían
querido que estuviéramos juntos porque cuando después de salir un año lo
descubrieron se pusieron eufóricas. El y yo íbamos tan bien…
-
¿Qué pasó? – dice Amelia al ver que Sofía ha dejado de hablar.
-
Me engañó. Lo descubrí días antes de cumplir tres años juntos, por suerte.
-
¿Cómo fue? – Amelia le coge las manos dándole ánimos.
-
Yo… yo fui a visitarlo a la tienda que estaba al lado de mi casa porque quería
contarle qué no podía quedar con él para ir a ver una película pero Miguel no
estaba, lo busque por todas partes pero nada. Se lo pregunte a la dependienta y
me dijo que estaba en el parque de al lado.
<<Yo
fui a buscarlo, marqué su número de teléfono y lo llamé, al levantar la vista
lo vi como una chica de pelo castaño, que estaba sujetándole el cuello con los
brazos. Sin soltarse de ella cogió su móvil, miró la pantalla y lo volvió a
guardar. Le envié un mensaje diciéndole qué mirará a su alrededor, al leerlo lo
hizo y me vio. Intentó soltarse de aquella chica pero ella no lo dejo, yo me
quede plantada ahí mirándolos hasta que ella le dio un beso en la boca.
<<Esa
fue la gota que colmó el vaso y me fui de ahí sin mirar atrás. No sé si fue mi
imaginación al escucharlo gritar mi nombre pero aún así no me detuve. Me llamó,
intento comunicarse conmigo de todas las maneras posibles, con mi madre, por
correo, en persona…pero yo no le hice caso.
<<En
Navidad estaba sola en casa porque mis padres trabajaban, había conseguido
olvidarme de Miguel, más o menos, y parecía que él a mi también por eso me
sorprendió al verlo tras la puerta cuando sonó el timbre. Entró sin que le
diera permiso, yo le grite que se fuera que no quería hablar con él pero me
dijo que al menos lo escuchara y lo hice.
<<Me
dijo que lo sentía mucho, que no quería que me enterara así, me juro que me lo
iba a contar pero yo sé que no lo iba a hacer y cuando comenzó a contarme que
se llamaba Laura lo interrumpí dándole una bofetada tan fuerte que me dolió la
mano. Pero es lo que había querido hacer desde que lo vi con aquella chica y no
me reprimí lo más mínimo; después de eso lo insulte lo más fuerte que pude
mientras le pegaba con los puños. Mi padre llegó en ese momento y me apartó de
él, al ver que estaba llorando violentamente, sacó a Miguel de casa a
empujones. No me preguntó que pasó y tampoco se lo contó a mi madre. Fin de la
historia – dice en un suspiro.
-
Vaya, menuda historia. ¿Es por eso que estabas llorando?
-
No, es porqué después de un año nos volvimos a ver y él me dijo que quería
volver a pertenecer a mi vida.
-¿Qué?
Menudo capullo.
-
Sí.
-
Lo siento mucho.
-
No pasa nada, lo tengo superado. Pero…
-
¿Pero qué?
-
Creo que en el fondo quiero volver con él.
-
No puedes, Sofía. ¿No has escuchado nunca la norma de: Con los ex nunca se
vuelve?
-
No, ¿hay normas sobre eso?
-
Sí.
-
No lo sabía.
-
Pues ya lo sabes. Sofía, si vuelves a verlo, avísame. Yo intentaré salvarte de
que no vuelvas con él.
-
Gracias, Amelia. Especialmente por escucharme.
Le
quita importancia sacudiendo la mano.
-
Para eso están las amigas.
-
Me alegro de que lo seas. Sé que al principio me comportaba un poco borde
contigo pero, como he dicho antes, no soy muy sociable.
-
Pues conmigo dejarás de serlo – mira su reloj de pulsera – Dime una cosa,
Sofía, ¿te gusta llegar tarde a clase?
-
No, la verdad.
-
Pues nos hemos saltado Matemáticas.
Se
levantan de la mesa y salen del bar.
-
Bueno, Matemáticas se me da más o menos bien.
-
Pues a mí no.
-
Bueno, ¿para qué me tienes a mí?
-
¿Me ayudarás?
-
Sí
La
abraza eufórica dándole las gracias. Caminan animadas por la calle, se cuentan
más cosas sin importancia hasta que llegan al instituto.