viernes, 26 de abril de 2013

Capitulo 6



Mira el armario detenidamente, no sabe que ponerse. Si se pone algo llamativo, lo más seguro es que ese imbécil la empiece a seguir, pero tampoco es para que lleve algo feo. No sabe qué hacer, y queda una hora y media para que su hermano empiece a fastidiarla con que va muy lenta.
Bah, que le den. Saca un top de lentejuelas plateadas de Bershka y un pantalón negro rasgado de Stradivarius. Se dirige hacia el armario donde tiene los zapatos y coge el par de zapatos de tacón negro de tiras, son de Marypaz, la mayoría lo es.
Deja la ropa en la cama y los zapatos a los pies de este, se dirige al baño saca la plancha y empieza a prepararse.
Son casi las nueve y ella ya está preparada, se ha hecho unos cuantos tirabuzones en el pelo por los lados y lo demás lo lleva liso, el pantalón le queda lo suficientemente ajustado para moldear sus piernas y los zapatos son geniales. Coge su bolso marrón y mete un pintalabios, las llaves, dinero y el móvil.
- Vaya – dice una voz detrás de ella –, hermanita que vamos a una fiesta no a un pasarela.
- Sabes que sea el lugar donde vaya me preparo bien.
- Sí, lo sé. Los tíos no van a parar de mirarte.
- Puede que esa sea mi intención. Vamos.
Sale del cuarto y cierra la puerta con llave, si lo deja abierto sus hermanos menores entraran o incluso su madre, y no le hace mucha gracia. Caminan por el pasillo, llegan a la puerta de entrada y justo en el momento en el que Arthur abre la puerta se encuentran frente a un hombre.
- Papá – el que contesta es Arthur, que le ha sorprendido mucho que su padre llegara tan pronto de la oficina.
- Arthur, Amelia, ¿a dónde vais?
- A una fiesta.
- Bueno, que os lo paséis bien.
- Gracias. Adiós.
- Adiós, Arthur. Adiós, Amelia.
No le contesta, se limita a mover la cabeza. Al igual que con su madre no habla mucho, con él no es tan diferente. Salen de casa en silencio, el encuentro con su padre los ha puesto serios y el ánimo con el cuál antes salían ya no está, lo sustituye un profundo frío mezclado con dolor. Y es que cuando descubres que en tu vida anterior no había nada de verdad, lo único que queda es frío, un profundo frío que no puede irse hasta que la herida cierre lo suficiente.

Música techno inunda el ambiente de aquel local situado en el centro de Zaragoza, jóvenes bailan en la pista de baile demasiado pegados entre sí, una mesa llena de bebidas se encuentra al fondo de la sala, donde unos camareros sirven todo tipo de alcohol, desde un vozcka con Coca Cola hasta un Cosmopolitan. Ella ahora mismo tiene un vaso de tubo lleno de una bebida con un nombre raro, cree que es Gibson, esta buenísimo a pesar de no saber que lleva. Mira su reloj, son casi las once de la noche. Un escenario vacío al otro extremo de la sala termina de decorar aquel local con luces que cambian de color.
- ¿Qué haces mirando el reloj? ¿Es que ya te quieres ir? – le dice su hermano.
- Sí, y si es posible antes de que llegue el grupo.
- Qué aguafiestas eres, hermanita.
- ¿Yo? ¿Y tú qué? Al menos cinco tías te han invitado a que bailes con ellas y tú ni caso.
- No me gusta bailar, no es mi fuerte.
- Entonces porque no nos piramos, no hay mucho que hacer aquí.
- No podemos, además hay un par de tíos en el fondo que no dejan de mirarte.
- ¿Y qué? No me interesa.
- Va, hermanita, quédate, si nos lo estamos pasando muy bien.
- Uy, sí. De genial parados en el fondo del salón.
- Pues vamos a bailar.
- ¿No acabas de decir que bailar no es tu fuerte?
- Sí, pero ahora me apetece.
Y sin darle tiempo a protestar la coge del brazo y la lleva a la pista de baile. En ese momento suena el remix de la canción Set Fire To The Rain, en el momento en el que llegan, su hermano empieza a bailar. “Vale, tenía razón, no baila muy bien” piensa, pero de pronto un grupo de chicas se arremolinan alrededor de él, le mira con cara de no saber qué hacer y ella solo encoje los hombros. También empieza a bailar, se deja llevar, algún que otro tío se acerca a ella pero le da la espalda, quiere bailar sola.
De pronto, unas manos le rodean la cintura y hacen que su espalda choque contra el pecho de un chico, el tacto de sus manos en su cintura la hacen estremecerse, esta vez no lo rechaza sino que sigue bailando hasta que la música termina, en ese momento da media vuelta y lo ve. Su pelo es corto, las luces no le dejan ver muy bien el color de su pelo pero sí de sus ojos, son azules, lleva un sonrisa en los labios que es espectacular, casi de modelo. Empieza otra canción y sin que ella se lo espere, el chico que antes estaba delante de ella se va, sin aviso. Desconcertada, lo observa alejarse de ella, entonces su hermano la sacude con la mano en un hombro, llamándole la atención.
- Vamos al fondo, no me gusta nada esta canción.
- Vale.
“¿Qué acaba de pasar? ¿Se acerca a ella y después se va como si nada? Menudo capullo” No está enfadada, lo siguiente; más que nada se siente estúpida porque ese imbécil le haya hecho estremecer. Taconea a ritmo de la música, su hermano le cuenta algo pero no lo escucha y no por la música sino porque, simplemente, no le da la gana.
La música se apaga de repente desconcertando a varias chicas y provocando quejas entre los demás. Pero pronto acaba, ya que alguien grita algo sobre que el grupo ha llegado. Su hermano y ella se dirigen al lugar donde está el escenario, varios jóvenes ya se han situado frente al escenario, formando por lo menos tres filas discontinuas, ellos se sitúan en la cuarta.
- Aquí no se ve nada mal – comenta su hermano.
- Me quiero ir antes de que me vea, Arth.
- Va, hermanita, no seas tan miedosa. No va a pasar nada, yo te cuidaré.
- Eso no me tranquiliza.
El grito de un grupo de chicas les hace callar, cinco chicos empiezan a subir al escenario, las chicas empiezan a gritar piropos, ella pone los ojos en blanco. Las cortinas se descorren y aparecen, todos están situados en sus puestos, hay dos guitarristas, una batería y, por supuesto, el cantante. Mira más fijamente al guitarrista de la izquierda; sí, sin duda aquel chico es Marcos, sigue llevando ese pelo largo, espera que no se dé cuenta que está ahí.
Mira a los demás, el guitarrista es bastante mono, el batería ya menos. Y no sabe que le sorprende más, si el chico con el que bailaba en la pista de baile sea el cantante o que empiecen a cantar su canción favorita, Grenade.

“Maldita sea la hora en la que deje que mi primo me llevara a este concierto” piensa parada en el extremo del escenario “encima solo para quedarme en bambalinas”. Pero es que ella le debía unas cuantas. Con esto, paga todas sus deudas o eso es lo que le ha dicho él. Mueve un poco la cortina que la tapa, hay bastante gente, por lo menos unas treinta personas.
El vestido le aprieta desagradablemente, no le gusta. No sabe qué pinta ahí, si ni siquiera hace nada. Los compañeros y su primo suben al escenario y cada uno se coloca en su lugar.
- Prima, ven aquí.
“¿Y ahora qué querrá?” Se acerca a él lo más rápido que le permite el vestido, los tacones tampoco ayudan, le encantan pero prefiere sus zapatos planos y sus vaqueros.
- ¿Qué quieres?
- Eh, prima, tranquila. Ya sabes porque estás aquí, no te quejes.
- Pero es que no sé porque me has tenido que vestir así, no me gusta.
- Porque vas a hacer de segunda voz.
- ¡¿Qué?! No, me da miedo el público.
- Prima, has cantado delante de toda la familia las navidades pasadas. Además, te sabes las canciones, he escuchado como las cantabas la semana pasada.
- Sí, vale, tienes razón. Pero si canto delante de los abuelos y mis padres es porque son conocidos, aquí no hay nadie que conozca. Y tus compañeros – le interrumpe antes de que hable –, no cuentan.
- Si cantas, ya no tendrás que devolverme nada.
- Yo pensaba que con venir aquí…
- No, no es tan fácil.
- ¿Sabes? En estos momentos te has convertido en el peor primo.
- Yo también te quiero, primita. Aquí tienes la lista
Le da una hoja con, por lo menos, diez canciones. ¡Y dos tiene que cantarlas ella!
- Roberto, no me hagas cantar. Tengo miedo escénico.
- Sofi – dice cogiéndola por los hombros –, cantas genial. No tienes miedo escénico, créeme.
- Pero…
- Ni peros ni nada. Sofía, los vas a hacer genial ¿vale?
Le da un beso en la frente y la pone delante del micrófono, en el otro extremo del escenario, quiere a su primo pero en esos momentos lo odia. En mala hora los apuntaron juntos a ir a clases de canto.

2 comentarios:

  1. Intriga a full con estos nuevos personajes *__________________________* <3 <3 <3
    Hhahaha me encanta, en serio :)
    Y tengo que pedirte que algún día subas dos (o más si quieres...:P) capítulos a la vez, uno solo me sabe a poco, necesito seguir leyendo ^_^
    Eea aquí tu fiel lectora jijijiji <3

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    Respuestas
    1. Me alegro que te encante jaja :)
      Bueno, tal vez cuando tenga unos cuantos lectores más me lo pensare. Por ahora iré subiendo uno por uno, si no te importa jeje Además subo cuando puedo y me viene la inspiracion :P
      Que guay, me siento genial teniendo una lectora fiel como tu :D
      Besos guapisima:)

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