Hola, feliz viernes. Siento tanto haber tardado tanto en colgar el siguiente capitulo pero he tenido un problema personal y no he podido escribir hasta ahora. Espero no decepcionaros y que este capitulo os guste tanto como los anteriores. Muchos besos y disfrutad.
Entra
apresuradamente en su casa, no debe perder un solo minuto. Camina rápidamente hacia
su cuarto y tira al suelo sus zapatos, después se quita el vestido, se pone el
primer pantalón y camiseta que encuentra en su armario. Va al baño y coge un
algodón desmaquillante y lo desliza por toda su cara hasta lograr quitarse todo
el maquillaje y se pone las gafas de pasta negra. Se mira en el espejo. Ahí
está ella, la misma de siempre ¿verdad?
Sacude
la cabeza y vuelve a su cuarto. No sabe que coger, tal vez un libro mientras espera
a que despierte o un cuaderno para estudiar. Sí, mejor un libro.
En
el mismo instante en el que está a punto de salir el teléfono de casa suena, va
hacia el salón, lo coge y mira la pantallita: es su madre.
-
¿Mamá?
-
Sofía, cariño– escucha la voz de su madre y como siempre, le llena de
tranquilidad –. ¿Qué tal estas?
-
Bien, mamá. ¿Y tú? ¿Qué tal el viaje?
-
Cansada y el viaje muy largo. No he parado de andar por el avión, pero en fin,
son gajes del oficio. ¿Qué haces despierta a estas horas?
-
Pues… - ¿Y ahora que le dice? – estaba… estaba viendo un poco la televisión, no
tengo mucho sueño – miente.
-
¿Estás bien, hija? Noto que estas un poco desesperada.
Cierra
los ojos con fuerza, ¿por qué su madre tiene que notar todo?
-
¿Desesperada? No, no, solo un poco nerviosa. Por los exámenes, ya sabes…
-
Tienes razón, bueno, tranquilízate. Estoy segura que todo saldrá bien. ¿Y tu
padre?
-
Hoy tiene turno de noche.
-
Es verdad, no me acordaba. Pues cuando llegue a casa le dices que he llamado
¿vale?
-
Sí, mamá, se lo diré.
- De
acuerdo, hija. Voy a descansar un poco y tú también deberías de hacer lo mismo.
-
Lo sé, mamá.
-
Buenas noches, cariño.
-
Buenas noches, mamá.
Cuelga.
Antes de irse tiene que ponerle una nota a su padre para que cuando llegue no
se asuste por ella.
Se
dirige a la cocina, coge el blog de notas y arranca uno, cuando termina de
escribir lo cuelga en la nevera y se va.
Le
duele todo el cuerpo y casi no puede moverlo. Solo ve oscuridad, tal vez porque
tenga los ojos cerrados. No sabe qué ha pasado, solo recuerda lo que hizo antes
de empezar el concierto en la fiesta e imágenes difuminadas y no muy claras de
lo que pasó después vienen a su mente.
Escucha
un pitido constante acompasado con el ritmo de su corazón. Entonces nota un
suave soplo de aire en su brazo izquierdo, intenta levantar la mano y esta vez
lo consigue. Poco a poco recupera el movimiento en todo su cuerpo y puede abrir
los ojos.
Todo
es blanco, mueve la cabeza a la derecha y ve una ventana por el cual entra la
luz de sol. Mira a la pared del frente, hay un reloj digital que marca las diez
de la mañana, demasiado pronto para ser verdad. Debería volver a dormirse,
después de todo no tiene clase hoy y puede quedarse durmiendo en su cama todo
el tiempo que quiera. Vuelve a cerrar los ojos y los vuelve a abrir.
Desconcertado se incorpora en la cama, se da cuenta que no está en su cuarto,
no está en su casa si no en el cuarto de un hospital. ¿Qué hace ahí?
Mira
a su derecha y se percata de que un cuerpo duerme tranquilamente con la cabeza
apoyada en su cama. Su pelo le tapa la cara y no puede verla bien así que
acerca poco a poco la mano pero antes de poder tocarla la cabeza se mueve
rebelando por fin su aspecto.
¿Pero
qué…? ¿Qué hace ella ahí? ¿Qué se supone que hace ella durmiendo tranquilamente
al lado suyo? Siente rabia por el hecho de que Sofía este al lado suyo, no
debería estar aquí. Se incorpora rápidamente y hace una mueca de dolor por el esfuerzo,
vuelve a dirigir sus manos hacia ella y las apoya en sus hombros.
-
¡Eh! ¡Eh! - dice mientras la sacude
violentamente para hacerla despertar de una vez – ¡Despierta!
-
¡Ay! ¡Sí, ya me despierto! – lo mira somnolienta
y con ojos confusos. No le gusta nada lo que le hace sentir esa mirada, bueno,
no le gusta lo que le hace sentir cada vez que lo miran – No hace falta que me
sacudas como un maldito saco de boxeo ¿sabes?
Vaya,
la chica tiene genio recién despierta.
-
Si no hubieras estado durmiendo no estaría sacudiéndote. ¿Se puede saber qué
coño haces aquí, gafas?
-
No me llames gafas, tengo nombre. ¿O es que eres tan imbécil como para no
saberlo aún?
-
Me importa muy poco tu nombre. Responde a mi pregunta.
-
¿Sabes qué? Que te den. Debería haber dejado que te rompieras la maldita
cabeza.
Se
da la vuelta para irse y no debería detenerla, pero como un impulso le coge del
brazo y lo hace. Ella lo mira con furia pero no intenta soltarse. Está
esperando a que él diga algo.
-
¿Qué quieres decir? ¿Qué pasó exactamente ayer?
-
Por lo que puede ver, no recuerdas nada.
-
No.
-
Pues…
En
ese mismo instante una mujer entra por la puerta, lleva una bata blanca y se
dirige hacia ellos.
- Buenos
días, Gabriel. ¿Cómo te encuentras?
-
Jodido, me duele todo el cuerpo.
-
Es normal, después del golpe de anoche. Será mejor que te haga un chequeo y si
estas mejor te daré el alta. Sofía, ¿por qué no vas a buscar su desayuno? Estoy
segura de que tendrá hambre.
-
Claro. Ahora vuelvo.
Se
suelta del agarre de su mano, que hasta ese momento no se había dado cuenta de
que seguía en su brazo, y sale del cuarto cerrando violentamente la puerta.
- Parece
que está enfadada.
Se
acerca a él, saca un bolígrafo y una hoja.
-
Sí, eso parece. No tengo ni idea de por qué.
- ¿De
verdad? Bueno, creo que el motivo eres tú.
-
¿Yo?
-
Sí.
- No
entiendo porque. Si le molestaba quedarse aquí se podría haber ido, yo no la
obligaba a que se quedara.
-
Creo que se ha quedado aquí por voluntad propia, Gabriel. Anoche estaba muy
preocupada por ti y, la verdad, nunca le había visto así.
-
¿La conoces?
-
Sí. En fin, ¿qué tal si empezamos con el chequeo?
Sin
esperar respuesta le ordena que le mire y ella lo apunta a los ojos con una
linterna. La conversación acaba sin saber de que conoce aquella doctora a
Sofía.
Me has dicho que esperabas que me encantara pues no...... ¡¡¡Me ha enamoradooo!!! Hahahaha pobre Sofía aish... Que este Gabriel no se da cuenta de NA-DA! ^_^ Sigue así de verdad y no importa que tardes en subir, sea cuando sea seguiré leyendo :) Pero aún así espero con ansias el próximo capítulo!!!!
ResponderEliminarJajaja, me alegro que te enamore. La relación de Sofía y Gabriel es...complicada, no diré más ;)
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